Tuesday, July 18, 2017

Las playas de Southampton


Hace unos días regresamos a Long Island con la intención de pasar un día en la playa. El calor del verano invita a descansar entre la arena y el mar, así que cuando uno siente la necesidad de ir a la playa (y tiene las posibilidades de hacerlo) hay que obedecer al llamado de la naturaleza.

Southampton es un pueblo ubicado a unos 133 km de la ciudad de New York, para llegar se pueden tomar un tren, un bus o alquilar un automóvil; eso sí, el alquiler tiene su costo más allá del precio que uno paga por el vehículo porque es necesario pagar peajes y combustible. El alquiler de automóviles en el verano sube muchísimo en New York, un día puede costar arriba de $120.

La ventaja de usar un automóvil es que uno tiene la autonomía de ir donde le plazca. 

¿Tener un vehículo propio? En NYC no es necesario que tenerlo, otro día escribiré sobre ello.

El pueblo de Southampton está ubicado casi en el extremo oriental de Long Island, hacia el sur se encuentra en océano Atlántico y hacia el norte la bahía Peconic. Así que como es de imaginar, la costa del lado de la bahía posee un oleaje calmo mientras que el litoral oceánico es de grandes olas y fuertes corrientes.

El acceso a las playas es una cuestión un poco complicada sobre todo si uno maneja un automóvil, porque es necesario utilizar los estacionamientos correspondientes. Estados Unidos es muy estricto en el tema del parqueo y en Southampton no es la excepción. Por lo tanto es necesario buscar los estacionamientos y tomar en cuenta que muchos de ellos son pagados, mientras que otros están reservados para los residentes del pueblo y vecindades.

Yo vengo de un país tropical donde la plata estaba a media hora de viaje y donde el agua es tibia y la arena es negra, con cocoteros y olas que podían alcanzar gran tamaño. Las playas de El Salvador no solo era un sitio de diversión sino también de comercio, es común que comerciantes ofrezcan algo de comer al visitante, sean ostra, mariscos o “minuta” (hielo en forma de nieve con colorantes y azúcar).


Las playas de Southampton son diferentes, para mí es la típica playa estadounidense de arenas blancas, con pequeñas dunas en sus contornos donde crece un montecillo espigado muy particular. Por supuesto que no hay cocoteros, tampoco aparecen vendedores ambulantes ofreciendo platillos marítimos.

Todo es muy organizado, hay áreas comunales con baños y duchas y todos los sitios poseen un estricto reglamento que hay cumplir –no se permiten fogatas, dejar basura en la arena, música estridente, ebrios, mascotas, etc.- los salvavidas le indican a los veraneantes donde es más seguro nadar y continuamente, cuando la corriente cambia, alertan a la gente utilizando silbatos.



En algunas playas es posible alquilar sombrillas y sillas playeras, así que solo basta colocar una toalla y llevar algo de comida para compartir.

En verano el agua puede estar fría aunque afuera esté muy caliente, es evidente que el agua no está tan fría como lo está en invierno, pero al menos –dependiendo de la fecha- uno siente cierta sensación térmica cuando se mete al agua. Cuando fuimos, yo sentí el agua demasiado helada para mi gusto; sin embargo, luego de un rato dentro del agua el cuerpo se acomoda a la temperatura.

Para evitar la hipotermia al entrar a la playa hay un indicador de la temperatura del agua, si el mar está muy frío, las autoridades prohíben el baño.


Veamos que más depara el verano…

No comments: