Monday, March 14, 2011

Japón: Ansiedades existenciales



Hemos vuelto a ser testigos de un desastre, en el 2004 observamos aterrados un tsunami en el Océano Indico, luego Haití y Chile cayeron presas de un terremoto, en febrero le tocó a Nueva Zelanda, en marzo fue el turno de China y ahora Japón.
Este último es uno de los países más educados del mundo en este tipo de desastres, el diseño de sus edificios, su población y sus autoridades hacen de la sociedad nipona la más preparada para enfrentar una catástrofe geológica; Sin embargo, el terremoto y el tsunami fueron tan violentos que prácticamente borraron del mapa a pueblos enteros del litoral noreste de Honshú, la isla principal del archipiélago.
Hemos quedado aterrados de ver una oscura pared de agua y lodo que llevaba consigo, carros, casas, granjas, barcos y cuanta cosa se le pusiera enfrente, la televisión y el internet informaron minuto a minuto lo que acontecía, y en ocasiones, veíamos espantados como vehículos que trataban de escapar –evidentemente conducidos por una persona- eran alcanzados por la oleaje y desparecían entre los escombros.
Todavía no dimensionamos la magnitud de la hecatombe, que se podría complicar a niveles nunca antes imaginados, sobre todo por que los reactores nucleares de la planta Fukushima han sido seriamente afectados por el terremoto, hasta el momento han ocurrido varias explosiones en el reactor que han hecho que el gobierno decrete una total evacuación en los alrededores de la central.
El miedo inicial siguió a una alarma global cuando los organismos internacionales advirtieron la posibilidad que el tsunami llegara a todas las costas del pacífico de los países americanos, y algunas islas de Oceanía, al parecer solo Ecuador, Chile y Hawaii tuvieron aumento en el nivel del mar que dañó algunas estructuras de playa, sin embargo la gente en todo el continente se alarmó.
El viernes el tsunami fue el tema del día, las opiniones del SNET (Servicio Nacional de Estudios Territoriales) fue lo de menos, la población comenzó a llamar a las radios, las opiniones religiosas fueron las más, incluso se leyeron salmos al aire, en una de esas un pastor evangélico dijo que los ciudadanos de El Salvador deberíamos de estar tranquilos pues es probado que la oración tiene un poder directo sobre los eventos naturales. Los perfiles del Facebook y las publicaciones del Twitter invitaban al ayuno y la oración para que el tsunami no nos afecte, y de paso pedir por los desafortunados japoneses que están sufriendo.
Ya sea por las razones que fueran, por la forma natural de nuestras playas, o por la posición que Centroamérica tuvo en relación al frente de onda, no nos afectó este tsunami, ya vendrán otros, así como han ocurrido en el pasado (hubo uno en 1902), tarde o temprano será nuestro turno. Para todos los que vivimos en el Cinturón de Fuego, sabemos un día nos llegará la catástrofe en forma de terremoto, ya le pasó a México en 1985, a El Salvador en 1986 y  2001, a Nicaragua en 1972, entre otros, es como estar con la cabeza bajo una guillotina.

Por otro lado, lo ocurrido en Japón (y los ejemplos anteriores) constituye una afrenta hacia las consideraciones religiosas en donde una deidad en particular tiene una relación personal con los mortales, digamos en otras palabras, que dios* nos cuida, por ello en estos momentos la gente se pregunta, ¿Adonde se encuentra dios cuando una pared de escombros se viene sobre ciudades matando mujeres, hombres, niños, niñas, perros, gatos, aves, cualquier tipo de animal, arrancando árboles desde la raíz?, da vértigo sentirse solo ante una naturaleza que no tiene sentimientos, que posee sus propias dinámicas y no entiende de nuestros problemas, sueños o miedos.
Claro, los religiosos, sean sacerdotes o pastores tienen una respuesta, algunos no se complican diciendo que los caminos de dios son misteriosos y que no hay forma que le entendamos sus extrañas decisiones, además no somos quienes estar preguntando los motivos divinos de matar a tanta gente.
Por el contrario otros religiosos indican que dentro de la desgracia hay espacio para ver el rostro divino y su infinita sabiduría y amor que le tiene a esta raza de monos lampiños; o sea nosotros, pues él nos creó con el único objetivo de alabarlo.
Cada persona maneja la religiosidad con la cual se sienta más cómodo, la religión tiene una función de cohesión y legitimización social, da cierto “sentido” al maremágnum de eventos que nos rodea. Como dijo Emile Durkheim, la religión es un “estado anímico colectivo” que juega entre oposiciones, entre el individuo (profano) y la sociedad (sagrado), las deidades son apenas el reflejo de la misma sociedad “transfigurada y pensada simbólicamente” (Lucien Lévy-Bruhl) y con ello nos entendemos ante la naturaleza.
Por eso las hecatombes no solo destruyen edificios y matan personas, sino también sacuden religiosidades, pues en el fondo, en el interior de cada uno de los que compartimos la visión judeo-cristiana de la providencia repta la duda, aunque no la queramos ver, y la sofoquemos entre ritos, cantos, lecturas y la neguemos del diente al labio, tarde o temprano aparecerá. Es crítico porque la duda es terminal para la mentalidad religiosa, la carcome, la socava y si no se controla o se niega puede llegar a destruir esa convicción personal que llamamos fe.
Porque veamos, es un hecho objetivo es que la gente que esta atrapada en las azoteas de edificios en Japón y que están rodeados de agua son rescatadas por helicópteros utilizando un enorme cable de acero, o nylon y no por un ángel alado enviado por una divinidad. Sino hubiera helicóptero, la gente moriría indudablemente, así que se requiere una acción humana solidaria el ser rescatado. Si queremos mantener un perfil mitológico hay que comenzar a pensar que el helicóptero y el rescatista es de alguna forma una metáfora de un ángel, pero esas ya son interpretaciones al extremo ante una realidad demoledora.
En cualquier caso, cada cabeza es un mundo, algunos les va mejor no pensar, pues estos eventos nos dejan un vacío existencial, al enterarnos que sea como sea, algunos pueden caer en cuenta que en el fondo estamos a la buena de dios,
o mejor dicho, simplemente a la buena.


* El uso de minúscula es adrede.

3 comments:

Xamba - The Nowhere Man said...

Fijate que pienso que el asunto respecto a como la gente percibe a Dios es un problema generalizado ya que muchos lo ven como:

-Un genio como el de Aladino que nos concede todos los deseos que queremos.

-Un superheroe que llega a tiempo a detener las catastrofes.

-Un benefactor absoluto de cosas materiales para que vivamos bien.

Etc.

Todo esto puede venir asociado a carencias como:

-Deficiente catesismo.

-Lecturas/Interpretaciones literales o parciales de escritos biblicos.

-Conceptos basados en percepciones idilicas de un Dios de alguna secta.

Etc.

Una persona con creecias y formación* Cristinas debidamente meditada, con sucesos como los de Japón o cualquier otro desastre natural, no titubea ni duda de su fe, mas bien sabe que a cosas como estas estamos expuestos todos. Claro que luego vienen los "¿porque...?" de quienes desean una explicación inmediata, para la cual nunca habrá una respuesta que satisfaga porque las referencias de cada parte son distintas.

*Una debida formación cristiana toma años y debe de estar debidamente esctucturada y coordinada.

He perdido la cuenta de quienes me preguntan/increpan sobre cosas como estas Desastres-Dios, y solo les remito a un lugar:

LUCAS 4:1-13

Yo pienso que con la meditación suficiente aqui se puede resolver un poco la percepcion de un Dios como un genio de la lámpara de Aladino o un superheroe de caricaturas que llega a tiempo a deterner las castastrofes.

Yo en mi tiempo (hace muchos años )tuve las mismas dudas, temores y percepciones sobre un Dios idilico... con los años, un poco de paciencia, mucha lectura, consulta a expertos y meditación, poco a poco, las respuestas han ido apareciendo y descubrí el error generalizado que afecta incluso a muchos Cristianos practicantes, de esos que van a misa cada domingo... y ese es otro tema que tiene telita.

Un saludo Jorge... y ya sabes que yo respeto tus creencias porque sos mi mejor amigo y como un hermano para mi.

Cisne Gaseoso said...

Ante lo ocurrido en Japón estos días, y en tantos otros lugares, pienso, por un lado, en la fuerza brutal de la Naturaleza. Por otro, pienso en la ideología y el egoísmo humano. Si Estados Unidos fuera luegar de seísmos, terremotos o tsunamis, como Japón; estoy convencida de que ya se hubieran creados mecanismos científicos y tecnológicos para la prevención de estas caástrofes.
O, por ejemplo, como en el Tsunami de Indonesia, de simple observación de los animales; que intuyen estos hechos. Recordemos que días antes del tsunami de Indonesia, los animales que habitaban las reservas naturales de la zona, empezaron un peregrinar hacia el norte, algo que los científicos sólo pudieron explicar cuando sucedió el tsunami. Mucho nos tienen que enseñar aún los animales. Tal vez más que dios.

El antropólogo inocente said...

Cisne:
EEUU ha sufrido muchos terremotos, la costa oeste de ese país es terriblemente sísimico, asimismo Alaska (en 1964 hubo un terremoto magnitud 9.1 y un tsunami que mató decenas de personas). También Nueva Madrid en Misuri, el centro sur de EEUU fue borrada del mapa en 1812, el terremoto fue tan potente que se sintió en zonas poco sisimicas como New York y Washington.
No por ello los EEUU pueden tener control de estos fenómenos geológicos.